La Teoría del Carisma por Verderón "El Perro Grande"

Coños, pollas y tetas... y ahora que he capturado vuestra atención con estas palabras gancho, dejadme que desarrolle una teoría, la cuál yo llamo, La Teoría del Carisma.

Existen personas, hombres y mujeres, que caminan por la calle creyendo que por sus venas corre una sangre diferente a la de los demás solo por ser más guapos, o más atractivos visualmente que el resto.

Una persona puede decirle a otra “Te felicito, que guapa eres” y ésta contestar “Gracias”. GRAVE ERROR por ambas partes. Porque uno no puede alabar una cualidad de otro, si ésta es una cualidad que no ha trabajado , es decir, no es algo que la persona haya adquirido con el tiempo y horas de perfeccionamiento. Porque si aplaudes lo guapo que es alguien, por este mismo motivo, también puedes aplaudirle lo bien que pronuncia las palabras con muchas “jotas” sin escupir, si respira sin hacer mucho ruido o si al cagar no se salpica el culo.

Y gravísimo error, muy grave, por parte del que da las gracias. Porque éste si que tiene que saber que no se puede dar las gracias si te llaman guapo o guapa, eso es algo que tienes en los genes, no te lo has ganado, no es mérito tuyo. En este caso es de tus padres, y de los padres de tus padres, y así sucesivamente hasta llegar a algún simio. Y todos sabemos que colgarse medallas que no se han ganado, no está bien.

En cambio, y aquí entra la teoría del Carisma, si se puede y se debe ensalzar las cualidades adquiridas con el tiempo. Es decir, puedes coger a un amigo del hombro en una buena noche de borrachera y decirle “joder macho, como bebes, eres el amo” y tu amigo darte las gracias. Lógicamente, no sabes beber desde que eres niño, esto es algo que has aprendido con el tiempo, y es de agradecer que te digan que lo haces muy bien.

Y esto pasa con habilidades y cualidades más personales, como es el carisma.

No naces con él, es obvio que cuando naces vienes con lo básico, si estuviésemos hablando de coches diríamos que vienes con tapacubos y aire acondicionado. Y si eres una persona que con el tiempo te dedicas a desarrollar una inteligencia, un carisma, un saber estar ... digamos que te estás equipando con llantas, techo solar, bixenon,  climatizador bi-zona. Es decir, todos los extras. Un hombre Full Equipe.

Tampoco dejes que nunca te digan “Tienes un don”, porque aquí nadie te ha dado nada. El carisma es algo de elaboración propia, cada persona es un mundo, una galaxia, un universo diferente. Y todos tenemos algo que nos diferencia del resto, todos somos únicos, para bien o para mal, pero únicos al fin y al cabo.

Estas habilidades que trabajas durante tu vida, son tan tuyas como tu propia piel. No podrás desprenderte de ellas aunque quieras. De ahí la importancia de ellas, son los adjetivos que te van a describir hasta el fin de tus días.

En cambio una persona guapa, pues en unos años, dejará de serlo, es ley de vida. Los hombres que exhiben sus  músculos se pondrán barrigueros, las melenas se les caerán y sus pollas serán inservibles en algunos casos, hasta para mear.

A las mujeres se les caerán las tetas, la celulitis hará con ellas lo que John Rambo en Vietnam, y las varices harán que sus piernas parezcan mapas de carreteras.

Por lo tanto, amigos míos, cuando decidáis dejar de hacer el loco por la vida, y penséis que es buena hora para sentar la cabeza. Buscad a alguien lleno de virtudes interiores, de esas que no se ven, pero que a la larga, son las que enamoran.

Y sed agradecidos, y si tenéis amigos que tienen alguna cualidad y no alardean por ahí de ella, ¡hacérselo saber!. Ponedle aunque sea un comentario en el tablón diciéndole “eres un tío divertido”, “que lejos escupes”, “cuánto duras meando”, “te has limpiado el culo y no has manchado el papel” ... no se, vosotros sabréis que virtudes tienen vuestros amigos.

Por mi parte, sois unos tíos y tías cojonudos y cojonudas, y eso cuando nacisteis no lo erais, así que, felicidades.  ;)


Fdo:   K.Davis "El Perro Grande", doctorado por la Universidad de la Vida en temas absurdos y otros de dudosa reputación.