El 7 de marzo de 1986 las estrellas se alinearon formando una calavera en el cielo y nací yo. Hasta ahí todo normal. Fui creciendo y estudié en el Colegio de San Juan. Sigo siendo amigo de los amigos que tenía allí, cuando acababa la clase a las 5 merendábamos a toda hostia un bocadillo de pan con nocilla y bajábamos al frontón a matar la tarde. No nos encerrábamos en casa como pasa ahora. Estábamos hasta que se encendían las farolas. Coleccionábamos tazos, cromos, jugábamos a la peonza, nos tirábamos en el campo de fútbol, jugábamos al ping pong en la mesa que está al lado del canal... Y jugábamos hasta que nos cogía la helada y nos dolían las manos del frío. Repito, no nos encerrábamos en casa.
En verano estábamos todo el puto día en la piscina, jugando al culo, o en el merendero comiendo pipas, contando historias, haciendo el bobo. Por las noches salíamos de la misma manera. Hasta el frontón, el merendero, los banquillos del Campo de Fútbol, ... Bicicleta como medio de locomoción hasta el fin del mundo. No nos encerrábamos en un bar.
Los domingos madrugaba y bajábamos a tomar el mosto y a echar una partida a la máquina del Bar de Tito. Jugaba al Tumblepop, al Cadillacs y Dinosaurs, al Snow Brothers ... Mi primera consola portátil era una Game Boy, tenía el tamaño de una alcantarilla y funcionaba con 4 pilas que no me duraban 2 días. Era en blanco y negro, y me sobraba un color. Ahora me quejo de los gráficos, y antes flipaba con Ryu lanzando un Hadoken en el Street Fighter.
Cuando tenías que llamar a algún amigo, cogías la bici y te presentabas a la puerta de tu casa. No teníamos móvil, ni tuenti, ni facebook, ni ostias. Sólo teníamos cojones, unos cojones que nos han llegado hasta el día de hoy y han hecho que se hayan forjado unos tios de los que ya no se dan a luz.
Mi primer teléfono móvil fue un Alcatel One Touch Easy, tenía el tamaño de la polla de Nacho Vidal, y sólo tenía dos renglones en la pantalla. En blanco y negro por supuesto. Era de la compañía Airtel, que ahora es Vodafone.
Obviamente no lo compré yo, me lo regaló mi hermano, porque el se compró otro que tenía el tamaño de dos pollas como la antes mencionada. Antes, cuanto más grande era el teléfono, mejor.
La televisión de mi casa era un bloque que se cambiaba de canal dando a unos botones en la propia televisión, no había mando a distancia. La primera minicadena que corria por mi casa era un monstruo, con capacidad para 2 cintas y un cd. Y mi hermano tenia un Walkman, de la marca AIWA, que era una pasada, era el Cristiano Ronaldo del sonido portátil.
Cuando se empezaron a ver los ordenadores, quien tenía uno era el rey del mundo. El que tuviese internet, tenía una banda de 56 K. ( ¡¡¡¡¡56 K POR DIOS!!!!!). Y si se diese el caso de que sabía formatear el disco duro... ese hombre era Dios que había tomado forma humana.
El deporte no era lo mío, pero mis amigos se pasaban el dia jugando en la calle al fútbol, al baloncesto, ¡al béisbol en las eras! ... NO NOS PASÁBAMOS EL PUTO DIA ENCERRADOS EN NUESTRA PUTA CASA.
No creais que nací en el Cretácico, a penas he cumplido Bodas de Plata con la vida, no más. Pero a dia de hoy, bebo, fumo y ando con mujeres, tengo las costumbres que tienen muchos con 15 años. Y, sin duda, eso no es bueno. Quizá a corto plazo no lo noteis ... pero lo acabareis notando.
Andamos subiendo fotos de viejos tiempos... de buenos tiempos, y me he acordado de 100.000 cosas. Daría lo que fuese por volver al colegio. A esperar a las 3 a la puerta de Lazitos para comprar unos regalices y unos chicles con 5 duros (Moneda con valor de 25 pesetas que tenía un agujero en medio). Volver a salir de fiesta a la Va-Bene, a beber un Vodka – Limón por 250 pesetas y marchar para casa con el sello en la mano, como si hubieses estado de fiesta por Ibiza...
Me llamo David y soy un joven normal, porque cuando era niño, me crié con normalidad.
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